Con este blog se pretende tener un contacto sincero con Dios y los hermanos. Daros puntos de reflexión, oración e información. Un vehículo humilde de extensión de nuestra fe, a la vez que un modo de conocernos mejor y acercar nuestras parroquias a vuestros hogares, a vuestra vida. Este blog interparroquial está abierto a todos vosotros, con el único fin de crecer en el seguimiento de Jesús.

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Día del Seminario, 19 y 22 de marzo

En medio de este tiempo cuaresmal, en el que nos encontramos, celebraremos el próximo día 19 de marzo, la solemnidad de San José, patrono de la Iglesia universal y patrono de los seminarios. Hombre justo y bueno, que dejó que la palabra de Dios diera fruto en su vida y poder acoger los planes que Dios tenía reservados para él. Además, celebramos también el "Día del Seminario", con el lema, "Señor, ¿qué mandáis hacer de mí?". En nuestra diócesis al no ser festivo el día de San José, lo celebraremos el domingo 22 de marzo. El "Día del Seminario" se celebra con el objetivo de suscitar vocaciones sacerdotales mediante la sensibilización dirigida a toda la sociedad, y en particular a las comunidades cristianas.

En nuestra Parroquia y con motivo de esta celebración, durante las Eucaristías de este fin de semana y durante el tiempo dedicado a la homilía, dos jóvenes seminaristas nos han contado como descubrieron la llamada de Jesús. David, de 20 años, natural de Los Llanos de Aridane, en la Isla de la Palma, cursa estudios en el Seminario Mayor y viene realizando su preparación desde el Seminario Menor. Por el contrario, Leandro, de 18 años, natural de Garachico, realiza un Curso de Discernimiento Vocacional. Este Curso es un tiempo de orientación y formación que realizan aquellos jóvenes que han descubierto su vocación sacerdotal o se lo están planteando, y que precede a la formación específica de los candidatos al sacerdocio.

Oremos por nuestros seminaristas y por sus formadores, y por todos aquellos que promueven la pastoral vocacional. Seamos ejemplo y ayuda para que nuestros jóvenes puedan entregarse con generosidad a anunciar la alegría del Evangelio como sacerdotes.





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