Con este blog se pretende tener un contacto sincero con Dios y los hermanos. Daros puntos de reflexión, oración e información. Un vehículo humilde de extensión de nuestra fe, a la vez que un modo de conocernos mejor y acercar nuestras parroquias a vuestros hogares, a vuestra vida. Este blog interparroquial está abierto a todos vosotros, con el único fin de crecer en el seguimiento de Jesús.

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ENTRADAS



52ª Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones

Este domingo, 26 de abril, celebraremos la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones bajo el lema: "¡Qué bueno caminar contigo!" Con esta celebración rogamos al Dueño de la mies que envíe nuevas vocaciones a su mies, nos sintamos responsables de la formación y el sostenimiento de quienes han respondido a su llamada. Los que han sido convocados al sacerdocio y a la vida consagrada expresan su alegría y nos invitan a descubrir y seguir a Jesús que camina a nuestro lado, pero además es una invitación a acompañar la vida de tantas personas que el Señor va poniendo en nuestro camino y a quienes estamos invitados a ayudar a descubrir el proyecto de Dios sobre ellos.
Esta Jornada fue instituida por el papa Pablo VI en el Concilio Vaticano II. Hoy tenemos motivos para dar gracias a Dios porque a los largo de la Historia ha llamado a hombres y mujeres a poner en juego sus vidas al servicio del Evangelio, y ellos han respondido con fidelidad, dándolo todo. Pero la llamada de Jesús sigue resonando en nuestro mundo. Por eso se nos invita a orar para que sean muchos lo que se dejen seducir por la voz del Señor, dejándolo todo se atrevan a seguirlo en la vida consagrada y en el sacerdocio, testimoniando así, en la variedad de vocaciones, la única Verdad que es Cristo.
En nuestra parroquia, en las Eucaristías del pasado fin de semana, hemos orado por las vocaciones, celebrando también la Jornada de las Vocaciones Nativas. Durante este fin de semana seguiremos orando por las nuevas vocaciones.



Oración por las Vocaciones

Gracias, Señor, por aquellos a los que llamas a servirte como sacerdotes, encomendándoles el cuidado de su comunidad y la evangelización de quienes no te conocen. Gracias por hacerles ministros tuyos atentos a las necesidades de todos, con afán de servir y compromiso misionero. 
Gracias por quienes, movidos por tu Espíritu, viven con radicalidad el Evangelio como religiosos y religiosas. Gracias por los que, con su oración comunitaria, interceden sin cesar por toda la humanidad, y por los que hacen de la actividad caritativa un testimonio de tu amor y tu misericordia. 
Gracias, Señor, por todas las vocaciones, que, aquí y en los territorios de misión, son signo de la vitalidad de tu Iglesia. Que la libertad y entrega de sus vidas siga mostrándonos que es bueno caminar contigo para anunciar el Evangelio por toda la tierra.

Reunión de Coordinación de Cáritas

Mañana, jueves 23 de abril se realizará en nuestra parroquia, por primera vez desde hace más de cincuenta años, la reunión de coordinación de Cáritas Arciprestal Santa Cruz Centro. A esta reunión asistirán representantes de 8 grupos de Cáritas, de las 18 parroquias que constituyen nuestro Arciprestazgo. También asistirá la Trabajadora Social del Arciprestazgo, la Señorita Loreto y el delegado de empleo, José Juan. En esta reunión se pondrán en común los objetivos y las formas de actuar de los diferentes grupos parroquiales. También se analizará la situación por la que están pasando las personas y familias que se atienden, así como la respuesta de los voluntarios de Cáritas ante los problemas a los que se enfrentan.
Desde este blog agradecemos la labor que realizan estos voluntarios, que de forma admirable y desinteresada atienden a las personas que requieren ayuda. 



Excursión Parroquial

Ayer la Parroquia y los vecinos de San Andrés nos fuimos de excursión. La misma fue organizada con la colaboración desinteresada de varias asociaciones del pueblo, como la Asociación de Mujeres Ágora, la Asociación de Mayores de San Andrés y la Asociación Cultural "Valle de Abicor", a las cuales agradecemos desde aquí su inestimable ayuda en la organización. Los fondos obtenidos serán destinados a la rehabilitación de la Iglesia de nuestro pueblo. La jornada comenzó a las ocho de la mañana con la celebración de la Eucaristía. Tras la bendición de nuestro párroco, Javier, nos trasladamos hasta la Villa de Candelaria, donde todos aquellos que lo desearon desayunaron y visitaron a nuestra patrona, la Virgen de Candelaria, en su Basílica. Posteriormente tomamos rumbo hasta la Cueva del Hermano Pedro, lugar donde el primer santo canario solía pasar los inviernos cuidando de su rebaño y donde las largas horas de oración y reflexión le llevaron a madurar su vocación. Luego visitamos diversos enclaves turísticos del sur de la isla y nos dirigimos a almorzar a los Altos de Arico. El almuerzo y el posterior baile se desarrollaron en una ambiente ameno y en un clima de fraternidad. Alrededor de las siete de la tarde ya habíamos regresado a nuestro pueblo, agradeciendo a Nuestro Señor Jesucristo su protección durante toda la jornada.




Festividad de La Divina Misericordia

Hoy festejamos La Divina Misericordia. Se celebra el primer Domingo después del Domingo de Pascua. Sor María Faustina, apóstol de la Divina Misericordia, forma parte del círculo de santos de la Iglesia más conocidos. A través de ella Jesús transmite al mundo el gran mensaje de la Divina Misericordia y presenta el modelo de la perfección cristiana basada sobre la confianza en Dios y la actitud de caridad hacia el prójimo. Una devoción especial se comenzó a esparcir por el mundo entero a partir del diario de una joven monja polaca en 1930. El mensaje no es nada nuevo, pero nos recuerda lo que la Iglesia siempre ha enseñado por medio de las Sagradas Escrituras y la tradición: que Dios es misericordioso y que perdona y que nosotros también debemos ser misericordiosos y debemos perdonar. Pero en la devoción a la Divina Misericordia este mensaje toma un enfoque poderoso que llama a las personas a un entendimiento más profundo sobre el Amor ilimitado de Dios y la disponibilidad de este Amor a todos – especialmente a los más pecadores. El mensaje y la devoción a Jesús como la Divina Misericordia está basada en los escritos de la Santa María Faustina Kowalska, una monja polaca sin educación básica que, en obediencia a su director espiritual, escribió un diario de alrededor de 600 páginas que relatan las revelaciones que ella recibió sobre la Misericordia de Dios. Aún antes de su muerte en 1938 se comenzó a esparcir la devoción a la Divina Misericordia. El mensaje de Misericordia es que Dios nos Ama, a todos, no importa cuan grande sean nuestras faltas. Él quiere que reconozcamos que Su Misericordia es más grande que nuestros pecados, para que nos acerquemos a Él con confianza, para que recibamos su Misericordia y la dejemos derramar sobre otros. De tal manera de que todos participemos de Su Gozo.


Comunicado de Cáritas. Abril 2015



En esta noche en la que la Iglesia nos ha hecho partícipes de la gran fiesta de la Pascua, encendiendo el Cirio Pascual, que significa la Luz de Cristo entrando en nuestras vidas, el equipo de Cáritas invita a que todos seamos luz que acompañe al hermano más necesitado, donde hay tanta oscuridad y tanta tristeza. Estamos llamados a ser luz que ilumine sus vidas, igual que Jesús, como luz verdadera, ilumina nuestros corazones y nuestras mentes para que vivamos la caridad con plenitud y mayor compromiso.

Como en meses anteriores proponemos como reflexión una frase. Hemos elegido esta vez a San Agustín. “Unidad en lo necesario, libertad en lo opinable, caridad en todo”. "Lo necesario", es aquello en lo que todos los cristianos debemos coincidir para permanecer en la unidad de la Iglesia. Como dice San Pablo "Un solo Cuerpo y un solo Espíritu, como una es la esperanza a que habéis sido llamados. Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos, por todos y en todos." Pero, la unidad no es uniformidad, debe de existir la libertad. Uno puede perfectamente ser cristiano y dedicarse a la teología, al cuidado de los enfermos, a la caridad, a la contemplación o a la ingeniería; se puede ser un buen cristiano en el matrimonio o en el celibato; militando en uno u otro partido político; formando parte de una "comunidad eclesial de base" o siendo un simple "fiel de Misa"; estando integrado a una parroquia o a un movimiento, etc. La Caridad en todo, según San Juan "Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es Amor." Tanto en lo necesario y sustancial, como en lo accidental, debe prevalecer siempre la caridad, el amor cristiano. La caridad, según nos enseña San Pablo, es la mayor de las virtudes cristianas, la única que no pasará jamás.
Por último comunicarles las demandas atendidas en el mes de marzo en nuestra parroquia. Se han atendido a 6 familias, de las cuales 4 han sido en ayudas en alimentos por un importe de 150 Euros, a otra familia se le ha ayudado en el pago de un recibo de luz por valor de 45,41 Euros y por último se le ha ayudado a una familia en la adquisición de mobiliario por un valor de 273 Euros, ascendiendo el total a 468,41 Euros. La colecta de este mes ha sido de 66 Euros. Es evidente que con la aportación de nuestra parroquia no podríamos ayudar a estas familias de nuestro pueblo.
Recordarles que la acogida de Cáritas se realiza los miércoles de 7 a 8 de la tarde en el despacho de la Casa Parroquial. Gracias y feliz Pascua de Resurrección.



Domingo de Resurrección. Jesús está vivo

El Domingo de Resurrección o de Pascua es la fiesta más importante para todos los católicos, ya que con la Resurrección de Jesús es cuando adquiere sentido toda nuestra religión. Cristo triunfó sobre la muerte y con esto nos abrió las puertas del Cielo.

En la Misa dominical recordamos de una manera especial esta gran alegría. Se enciende el Cirio Pascual que representa la luz de Cristo resucitado y que permanecerá prendido hasta el día de la Ascensión, cuando Jesús sube al Cielo. La Resurrección de Jesús es un hecho histórico, cuyas pruebas entre otras, son el sepulcro vacío y las numerosas apariciones de Jesucristo a sus apóstoles.

Cuando celebramos la Resurrección de Cristo, estamos celebrando también nuestra propia liberación. Celebramos la derrota del pecado y de la muerte. En la resurrección encontramos la clave de la esperanza cristiana: si Jesús está vivo y está junto a nosotros, ¿qué podemos temer?, ¿qué nos puede preocupar? Cualquier sufrimiento adquiere sentido con la Resurrección, pues podemos estar seguros de que, después de una corta vida en la tierra, si hemos sido fieles, llegaremos a una vida nueva y eterna, en la que gozaremos de Dios para siempre. San Pablo nos dice: “Si Cristo no hubiera resucitado, vana seria nuestra fe” (I Corintios 15,14). Si Jesús no hubiera resucitado, sus palabras hubieran quedado en el aire, sus promesas hubieran quedado sin cumplirse y dudaríamos que fuera realmente Dios. Pero, como Jesús sí resucitó, entonces sabemos que venció a la muerte y al pecado; sabemos que Jesús es Dios, sabemos que nosotros resucitaremos también, sabemos que ganó para nosotros la vida eterna y de esta manera, toda nuestra vida adquiere sentido. La Resurrección es fuente de profunda alegría. A partir de ella, los cristianos no podemos vivir más con caras tristes. Debemos tener cara de resucitados, demostrar al mundo nuestra alegría porque Jesús ha vencido a la muerte. La Resurrección es una luz para los hombres y cada cristiano debe irradiar esa misma luz a todos los hombres haciéndolos partícipes de la alegría de la Resurrección por medio de sus palabras, su testimonio y su trabajo apostólico. Debemos estar verdaderamente alegres por la Resurrección de Jesucristo, nuestro Señor. En este tiempo de Pascua que comienza, debemos aprovechar todas las gracias que Dios nos da para crecer en nuestra fe y ser mejores cristianos. Vivamos con profundidad este tiempo. Con el Domingo de Resurrección comienza un Tiempo pascual, en el que recordamos el tiempo que Jesús permaneció con los apóstoles antes de subir a los cielos, durante la fiesta de la Ascensión.


Recuerdos de nuestra Parroquia

Coincidiendo con los últimos coletazos de la Semana Santa, pero también con los más importantes, con la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, nuestro vecino en la distancia, Don Luis Torti, nos ha aportado dos relatos ya publicados en su blog "Recuerdos de San Andrés" en febrero de 2011. Agradeciendo una vez más sus aportaciones a este blog parroquial pasamos a reproducirlos:

Sábado Santo. Cristo vence a la muerte

Durante el Sábado Santo la Iglesia permanece junto al sepulcro del Señor, meditando su pasión y su muerte, su descenso a los infiernos y esperando en oración y ayuno su resurrección. Es el día del silencio, la comunidad cristiana vela junto al sepulcro. Es día para profundizar. Para contemplar. El altar está despojado. El sagrario, abierto y vacío. La Cruz sigue entronizada desde ayer, Viernes Santo. Central, iluminada, con un paño rojo. Dios ha muerto. Ha querido vencer con su propio dolor el mal de la humanidad. Es el día de la ausencia. Día de dolor, de reposo, de esperanza, de soledad. El mismo Cristo está callado. Él, que es el Verbo, la Palabra, está callado. Después de su último grito de la cruz "¿por qué me has abandonado?”, ahora él calla en el sepulcro. El Sábado es el día en que experimentamos el vacío. Es un día de meditación y silencio. Eso sí, no es un día vacío en el que "no pasa nada". Ni un duplicado del Viernes. La gran lección es ésta: Cristo está en el sepulcro, ha bajado al lugar de los muertos, a lo más profundo a donde puede bajar una persona. Y junto a Él, como su Madre María, está la Iglesia, la esposa. Callada, como él. El Sábado está en el corazón mismo del Triduo Pascual. Entre la muerte del Viernes y la resurrección del Domingo nos detenemos en el sepulcro. Un día puente, pero con personalidad. Son tres aspectos de un mismo y único misterio, el misterio de la Pascua de Jesús: muerto, sepultado, resucitado.

Pero el Sábado, al caer la noche, también celebramos la fiesta más importante y solemne para los cristianos. No es una celebración cualquiera. Ésta es la noche de las noches, la "noche santa" en la que la Iglesia celebra, en la forma más expresiva, la obra de la redención como memoria, presencia y espera. La noche por excelencia. La oscuridad queda derrotada, la muerte es vencida de forma definitiva y Cristo se alza victorioso ante su pueblo. Jesús resucita de entre los muertos. La Resurrección, hecho fundamental de nuestra redención, es el objeto de la fe. A esta celebración del Sábado por la noche la llamamos "vigilia", por la actitud de espera que debe tener el cristiano, según la invitación del evangelio: "Tengan la ropa puesta y mantengan encendidas sus lámparas. Estén como hombres que esperan que su patrón regrese de un casamiento para abrirle la puerta. Dichosos los siervos que el Señor a venir, encuentre despiertos…" (Lc 12, 35-37). Para todo cristiano este velar adquiere el valor simbólico de la espera de la venida del Señor. Así la Vigilia Pascual se convierte en programa de vida: estar siempre alertas y preparados para nuestro encuentro final con el Señor. Debemos sentir alegría esta noche feliz que nos habla de resurrección y vida.


Monumento 2015



Nota.- Para una mejor audición del vídeo, recomendamos pausar el reproductor de MP3 situado en la parte superior izquierda de la pantalla.

Viernes Santo. La Pasión de Jesús

Hoy es el día más Santo del año: Jesús murió y dio su vida por amor y fidelidad al encargo del Padre. Tal día como hoy, cerca de las tres de la tarde, cambió el rumbo de la historia y quedaba al descubierto para siempre el verdadero rostro de Dios, un Dios solidario, que se manifiesta en la debilidad del crucificado. Dejarse clavar en la cruz, dar lo que le queda en la cruz, perdonar en la cruz, orar en la cruz, experimentar como la vida se apaga en la cruz, y es que en la cruz Jesús se hace un gran grito. Y en la cruz entrega su espíritu. Porque vivió así, murió así. Esta es la hora de Jesús. Este es el momento de realizar todo cuanto en su Evangelio había proclamado.

El Viernes Santo presenta el drama inmenso de la muerte de Cristo en el Calvario. La cruz erguida sobre el mundo sigue en pie como signo de salvación y de esperanza. Con la Pasión de Jesús contemplamos el misterio del Crucificado, con el corazón del discípulo Amado, de la Madre, del soldado que le traspasó el costado. Hoy no se celebra la Eucaristía en todo el mundo. El altar luce sin mantel, sin cruz, sin velas ni adornos. Recordamos la muerte de Jesús. Los ministros se postran en el suelo ante el altar al comienzo de la ceremonia. Son la imagen de la humanidad hundida y oprimida, y al tiempo penitente que implora perdón por sus pecados. Van vestidos de rojo, el color de los mártires: de Jesús, el primer testigo del amor del Padre y de todos aquellos que, como él, dieron y siguen dando su vida por proclamar la liberación que Dios nos ofrece.

La muerte es el acto definitivo del hombre que le enfrenta con su propio destino, le hace tomar una opción fundamental, acentúa la soledad del individuo, cuestiona el futuro y la esperanza. Ante su muerte, el ser humano se encuentra desamparado, abandonado. El grito humano que se resiste a morir no recibe por parte de Dios otra respuesta que el silencio; “¿Por qué me has abandonado?” Hoy, aquí, acompañamos a Jesús en su camino hacia la Cruz. Un símbolo que nos tiene que hacer pensar en un amor tan grande, que lleva a Jesús a entregar su vida por la salvación de aquellos que le condenaron. Como los apóstoles y los discípulos, somos débiles y pecadores. Pero como ellos nosotros creemos que de aquella Cruz, de aquel fracaso vivido con tanto amor, nace la vida. La única y verdadera vida. 


Jueves Santo: Institución de la Eucaristía, Día del Amor Fraterno

El Jueves Santo es el gran día del amor, el gran día del amor de Cristo a los hombres. Del culto a la eucaristía, que es el centro de vida y salud del alma auténticamente cristiana. El Jueves Santo es el día del Amor Fraterno. Ese amor que es el que hace de la caridad un estilo de vida y ayuda al que sufre. El amor que nos lleva a la paz, de la que tan necesitada está la humanidad. Es el día en el que de una manera especial se nos recuerda cuál es la tarea primordial e inexcusable del cristiano: Amar. Es el día para sentirnos especialmente unidos a ese Dios que “es amor” (1 Jn 4,8) y que se ha hecho cercano en aquel que insistió una y otra vez que en eso “conocerán que sois mis discípulos, si os amáis unos a otros” (Jn 13,35) dejando patente el mensaje en el gesto de lavar los pies a sus discípulos: “¿Entendéis lo que os he hecho? … Yo os he dado ejemplo para que vosotros hagáis lo mismo”. El Jueves Santo es tiempo de Cuaresma hasta la hora nona, es decir, toda la mañana hasta las tres de la tarde. A partir de ahí comienza el Triduo Pascual, que durará desde la tarde del Jueves Santo hasta el Domingo de Resurrección. El Jueves Santo posee tres grandes mensajes para los cristianos. Es el día del amor fraterno, que se hace patente en el signo del lavatorio de pies, con el que Cristo quiso expresar la actitud servicial hacia los hermanos. También es el día de la Institución de la Eucaristía. El jueves Santo se recuerda el día en que Jesús cenó la Pascua con sus apóstoles, siguiendo la tradición judía. Es decir, se sirvió un cordero puro y del año, y su sangre se roció en la puerta del escenario de la Última Cena, en señal de purificación. La celebración pascual que hizo Jesús con sus discípulos culmina la Pascua antigua y da origen a otra fiesta de liberación más radical y perfecta. Ahora el paso de Dios se realiza por medio de Jesucristo. Ya no se sacrifican corderos, porque el nuevo sacrificio verdadero es el de Jesucristo que cumplió la voluntad de Dios amando profundamente a los hombres. Por último, es el día de la Institución del Orden Sacerdotal como misterio de servicio solidario a los demás. Sin sacerdote no hay Eucaristía, ya que el mismo Jesús actuó como sacerdote para convertir el pan en su cuerpo y el vino en su sangre. Jesús quiso que un pastor guiase a su rebaño, a su Iglesia, que cuidara de los suyos, los apacentara, es decir, les diera de comer pasto (Palabra de Dios y la eucaristía), les nutriese con todo lo que necesitaran para perseverar la fe.